MORON HA SIDO AGREDIDA

Desde la Comisión Ejecutiva Municipal del PSOE de Morón de la Frontera queremos manifestar nuestra más profunda indignación por la agresión sufrida por nuestros compañeros Francisco Montero, Portavoz Municipal Socialista y Diputado Autonómico, y Pedro Aranda, Conceja, quienes se vieron atacados brutalmente por Francisco Manuel Morilla, Concejal Delegado de Urbanismo del PP e hijo del actual Alcalde, Manuel Morilla, tras el Pleno celebrado en el Ayuntamiento de Morón de la Frontera el pasado 1 de Junio.

La política democrática no puede aceptar de ninguna manera a un personaje que intenta coaccionar a los adversarios políticos con la fuerza física. Nada puede justificar ese comportamiento. Morón no se merece tener a este concejal como representante político. Morilla, hijo, al agredir a los dos concejales socialistas ha agredido a Morón de la Frontera. Por la buena salud democrática de Morón, el PP debe apartarlo de la política municipal.

Los socialistas moronenses lamentamos que el nombre de Morón se vea envuelto en este tipo de acontecimientos impropios de una ciudad como la nuestra cargada de historia y cultura.

El PSOE de Morón lamenta asimismo que a la despreciable actuación del concejal popular se sume un no menos despreciable intento del PP de Morón de mentir nuevamente a los moronenses. Es completamente falsa la versión que de los hechos está difundiendo el Partido Popular: no se trató de ninguna pelea, fue una clara agresión del Delegado de Urbanismo, Francisco Manuel Morilla. Una agresión en el estricto sentido que viene recogido en el diccionario de la Real Academia: “acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño”. Un daño que finalmente se produjo, como certifican los partes de lesiones que acompañan a las denuncias presentadas por los ediles socialistas: Montero sufrió un traumatismo testicular provocado por la patada que le propinó en sus genitales el Concejal de Urbanismo e hijo del actual alcalde, Francisco Manuel Morilla.Los socialistas estamos convencidos de que la verdad de los hechos han de prevalecer y los ciudadanos sabrán distinguirla.